Opinión

Investigador del Ivie y presidente ejecutivo de la Fundación Valenciana Premios Rei Jaume I

La economía valenciana frente a la incertidumbre arancelaria

La introducción de aranceles trata de frenar el déficit de una economía por la puerta falsa de encarecer las importaciones, pero sin resolver las causas últimas que lo originan

China condena "naturaleza chantajista" de EE. UU. tras amenazas de Trump de más aranceles

China condena "naturaleza chantajista" de EE. UU. tras amenazas de Trump de más aranceles

Desde que el presidente Trump anunció la imposición de aranceles a las importaciones estadounidenses la incertidumbre se ha apoderado de las economías del planeta. Ningún país ha quedado fuera del alcance directo o indirecto de la combinación de amenazas sobre algunas decisiones adoptadas y de otras simplemente anunciadas. También se ha introducido incertidumbre al anunciar con distintos retrasos su entrada en vigor y al observar inesperadas reacciones a las réplicas de algunos países o áreas económicas como son China o la Unión Europea.

La medida es claramente un paso atrás en la integración de las economías del planeta, renunciando inexplicablemente a las ventajas de la especialización del comercio internacional que ya descubrieron los pioneros economistas británicos hace más de dos siglos. El proteccionismo fue arrinconado por el libre cambio que promovió una mejora del bienestar de todos a costa de sacrificar el de los sectores protegidos. En los últimos tiempos, las ventajas del comercio junto con la tecnología y la I+D han impulsado el progreso de la mayoría de las sociedades. El rigor del análisis económico de las propuestas estadounidenses difícilmente hubiera aprobado un examen de primero de Económicas.

Un déficit en la balanza comercial suele ser síntoma de una falta de competitividad en la economía que lo padece, que a su vez puede ser consecuencia de un bajo nivel relativo de productividad y/o de una fuerte apreciación real de la moneda. En ese caso, la introducción de aranceles trata de frenar el déficit de una economía por la puerta falsa de encarecer las importaciones, pero sin resolver las causas últimas que lo originan. Por eso, su introducción solo se justificaría como medida temporal de emergencia caso de que un país sufriera una fuerte crisis de balanza de pagos que amenazara con la quiebra de la economía del país. No es este el caso de los EE UU. La doctrina del entorno de su presidente no parece haber asimilado que el patrón de comercio ha cambiado, que los servicios ganan peso en la balanza comercial y que los aranceles no conseguirán hacer regresar las actividades industriales del pasado. En general, nadie viaja a cortarse el pelo a otro país, pero una radiografía hecha en Boston puede ser informada en tiempo real con la misma calidad, pero a menor coste en un hospital en la lndia.

El punto de partida de la Comunitat Valenciana a la llegada de Trump -en enero de 2025- ofrecía un saldo equilibrado de su balanza comercial mensual, con respecto al total de países, con una contribución positiva de las provincias de Castellón y Alicante, por este orden, y negativa de la de Valencia. Las exportaciones representaban el 10,4% del total de España y las importaciones el 16,7%. Se constata que la Comunitat Valenciana tiene una economía algo más abierta al mundo que el conjunto de España.

¿Qué sectores y/o productos se verían más afectados por los aranceles estadounidenses? Según la base de datos Datacomex del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, el 8 % de las exportaciones valencianas tiene como destino el mercado estadounidense. Sin embargo, es importante concretar cuáles pueden ser los productos susceptibles de ser afectados por un arancel que los encarecería automáticamente en el mercado estadounidense. Por volumen exportado en los tres últimos años (2022-2024) destacan los aparatos y material eléctricos (1.800M€), productos cerámicos (1.500M€), vehículos automóviles (950M€) que han descendido fuertemente en el último año, máquinas y aparatos mecánicos (850M€), otros productos químicos (484M€), combustibles y aceites minerales (430M€), calzado (400M€), aparatos ópticos y de medida (360M€), muebles, sillas y lámparas (340M€) y conservas de verdura o fruta y zumos (330M€).

Donald Trump firmando un paquete de aranceles el 2 de abril.

Donald Trump firmando un paquete de aranceles el 2 de abril. / EP

Por grado de dependencia del mercado estadounidense, es decir, según la concentración de las exportaciones de dicho producto en el mercado de EE.UU, la ordenación es diferente de la mostrada en el párrafo anterior y el arancel afectaría nada menos que al 50% del mercado exterior del corcho y sus manufacturas, 46% en pólvoras y explosivos, 35% en objetos de arte y antigüedades, 35% en barcos y embarcaciones y el 31% en jugos y extractos vegetales. Entre los productos con un elevado volumen de exportación y que muestran una cierta dependencia del mercado norteamericano, destacan los aparatos ópticos y de medidas (el 30 % de las exportaciones tiene como destino a EE UU), los aparatos y material eléctricos (29 %) y otros productos químicos (19 %).

La introducción de un arancel no significa necesariamente una pérdida absoluta e inmediata del mercado, porque una parte del incremento del coste se trasladará al precio, por lo que la inflación estadounidense crecerá en los próximos meses y puede forzar a las autoridades monetarias a enfriar su economía con subidas de los tipos de interés. En segundo lugar, los compradores solo pueden sustituir sus importaciones cuando existen alternativas de suministro y/o de sustitución del producto por otro de fabricación nacional. Ya se ha visto que las fábricas de ordenadores, teléfonos móviles, maquinaria, automóviles, aviones, etcétera, incorporan componentes provenientes de múltiples países que si se corta su suministro paralizan la producción. Por último, en las actuales relaciones comerciales con clientes y proveedores, además del precio, se consideran muchos otros elementos que pueden ser más relevantes.

A los efectos directos del arancel sobre los fabricantes valencianos en sus exportaciones directas a los EE UU habría que añadir los impactos indirectos como consecuencia de que un buen número de las exportaciones a terceros países (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, etc.) se incorporan como componentes de la maquinaria o de los vehículos que estos países exportan a los EE UU. Estos impactos son más difíciles de calcular con la información estadística disponible, pero parece importante en sectores avanzados de componentes electrónicos.

Por último, puede suceder que la forma de negociar mostrada por la administración Trump en sus primeros meses haya minado la confianza en el mercado estadounidense y que los exportadores valencianos redirijan su estrategia hacia terceros países más estables y previsibles en su política arancelaria. No estaría de más recordar al presidente norteamericano la leyenda que preside nuestra Lonja y que dice (en latín): «Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna»

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